La delgada línea entre la dramaturgia y el periodismo
Palabras clave:
Teatro, Periodismo, Crítica social, DramaturgiaResumen
Una crónica policial, el relato de una tensa sesión en el Concejo Municipal o los resultados de un partido de fútbol se vuelven parte de nuestra historia cuando forman prioridad entre nuestros intereses y, dependiendo del relato, estos hechos se tornan fantásticos e increíbles, todo depende, una vez más, del relato. Es así que el periodismo siempre ha luchado con las fronteras de la realidad, del mismo modo que la dramaturgia. Ambos buscan un ancla a tierra pero, a diferencia de la dramaturgia, el periodismo debe siempre ser más fiel a los hechos.
A pesar de la diferencia, siempre hay un punto de coincidencia que podría reposar también en la forma. Un claro ejemplo de los puntos de coincidencia y disidencia entre estos dos géneros lo da el español Federico García Lorca, cuando a principio de la década de los 30 toma una crónica policial del periódico para transformarla en una de sus obras más emblemáticas, Bodas de sangre. Mientras el relato del periódico intenta pegarse de manera fiel a los hechos reales, esclareciendo el caso en varias notas de seguimiento, el relato de García Lorca da rienda suelta a la imaginación con el mismo hecho y guarda fidelidad a la creatividad. Ambos, el relato en la prensa y la pieza teatral, parten del mismo lugar, son deliciosos y no pierden vigencia.