La envidia y el cinismo de Carlos Medinaceli
Palabras clave:
Literatura paceña, Literatura bolivianaResumen
Tormento chino eso de enseñar en liceos, nos confiesa Medinaceli en una de sus innumerables cartas. Y ya todos conocemos el odio que Medinaceli tenía a las señoritas bien, y a gran parte de las mujeres en general, a quienes se daba el gusto de insultar en gran parte de su correspondencia y artículos. Y no importaba el tema que se estuviese tratando, de Dostoievski o Spengler se va a las zapatillas que estrenan estas señoritas en la retreta, y que ufanas se pasean delante de sus amigas y del chasqueado pretendiente que sólo estrena ese día un desapercibido bastón -estamos casi a mediados de siglo. Pero él sabe que el odio es compartido, pues si Medinaceli aborrece a estas señoritas, ellas lo detestan a él, para ellas es sólo el maestro del taller.