Posthegemonía, o más allá del principio del placer
Palabras clave:
Hegemonía, Posthegemonía, LaclauResumen
Si la política fuera meramente un asunto de libido, entonces la teoría de la hegemonía de Ernesto Laclau podría quizás funcionar como el horizonte descriptivo y conceptual de toda experiencia política. Es, por supuesto, difícil establecer la tesis de que la política deje de ser libidinal en algún punto, o que su consideración no pueda agotarse mediante la hipótesis libidinal -tan difícil como sostener la tesis de que la política no puede ser reducida a la lucha de clases, aunque tanto la fundamentación de la política en impulsos libidinales como su fundamentación en lucha de clases sean paradigmas alternativos y quizás mutuamente excluyentes. Este trabajo busca algo más sencillo: postular que la teoría de la hegemonía no coincide con el campo de lo político porque hay un límite a la invención política que debe también tenerse en cuenta, y ese límite queda fuera de los procesos de subjetivación que constituyen el principal objeto descriptivo de la teoría de Laclau. Llamo a la reflexión sobre ese límite "posthegemonía". La reflexión posthegemónica no es una objeción, en mi versión, a la teoría de Laclau, sino sólo un suplemento crítico a ella. Busca darle cuerpo a la propuesta de que hay política más allá de la subjetivación, hay política más allá, o más acá, del sujeto de lo político.